Ken Wilber y el Poder de la Conciencia

¿Sentir y no pensar...?
“…de manera que uno puede experimentar el cuerpo, la mente, y el Espíritu… y todo eso es experiencial.
Tal vez ahora nos demos cuenta de que reducir lo experiencial exclusivamente al cuerpo, las sensaciones corporales, los sentimientos, las emociones, los impulsos, etcétera, constituye un grave error.
Este es un reduccionismo muy desafortunado que no hace más que negar las realidades experienciales superiores de la mente y el Espíritu, negar y reducir el intelecto, la visión mental superior, la imaginería y el mundo de los sueños, la discriminación racional superior, el perspectivismo, la profundidad moral, la conciencia sin forma y los estados contemplativos más elevados.
El cuerpo, como usted sabe, es básicamente narcisista y egocéntrico. Las sensaciones corporales no van más allá de su cuerpo, las sensaciones corporales no puede asumir el papel de los demás -una capacidad, por cierto, mental- y, en consecuencia, la conciencia sensorial no puede entrar en el discurso del respeto, la compasión, la ética y la espiritualidad yo-tu, porque todo ello exige una conciencia cognitiva, mental e intelectual.
Dicho en dos palabras, en la medida en que uno ‘permanece en el cuerpo’ y es ‘anti intelectual’, resulta imposible salir de la órbita del narcisismo”.
«Aquellos que sinceramente aceptan la exploración de sus sombras, retirando sus proyecciones sobre los demás e integrándolas en la totalidad a la que pertenecen, están ofreciendo a este mundo el servicio más valioso»
(R. Assaglioli)
